Vistas a la página totales

UNA COPA DE ORGULLO por Juan Orlando Bolaños.


   Cuando Cine Minga llegó a mi vida, existieron muchos miedos, preguntas, dudas, que en algunos momentos me incitaban a dar un paso atrás. Pero la vida siempre te da sorpresas y muchas son como un flotador que te libera del ahogo de una vida simple, que día a día te arrastra a ser a uno del montón.




"Gustavo" me permitió reír y mucho, con sólo recordar ese "curioso"  pantalón sapote con esa decorativa camisa rosa y el maquillaje que la maravillosa BONY logró, dije ¿porqué no?  Solo el ensayo me dio el valor para que toda duda y todo miedo se fueran volando ya que  también fueron muchas las personas que me decían que yo no sería capaz. Pero afortunadamente escuché a los que dijeron que sí podía. Claro que esto sucedió principalmente cuando observé cómo se trabajaba, quienes estaban involucrados y yo, pues claro, sin ninguna duda dije “Quiero aprender, saber más de esto de hacer cine”.
  
    Hoy al despertar preparándome para un nuevo día de labores cotidianas, veo a mi pueblo con más cariño, noto su verdadera belleza, no sólo la de sus verdes montañas limitadas por el azul cristalino que cobija nuestra presencia en este mundo, sino también la belleza de su gente que trabaja duro por su familia.


   Todo ese esfuerzo que hicieron  los cinemingueros, junto a la valiosa colaboración de los Timbianos, me hizo dar cuenta que Viacrucis fue una  gran apuesta en que se dio todo y ahora que ya se ven los resultados, se brinda con una gran copa de orgullo y satisfacción por haber sido y seguir siendo parte de este maravilloso ideal.


  Dicho esto, ya sólo queda dar infinitas gracias a Dios, a Harold, doña Gloria, Elizabeth, Ariel y todos los que aportaron un pedazo de sus sueños, para lograr el sueño de todos.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario